Si este juego se hubiera inventado un par de décadas antes, innumerables objetos de mi casa hubiesen sobrevivido a mi curiosa infancia. Pero nunca es tarde para hacer un retroceso y volver a jugar como un niño, de la única forma en que se puede jugar: aprendiendo. En este caso, el riesgo es aprender algo sobre física, valiéndose de toda clase de artilugios mecánicos y eléctricos para lograr que una pelota llegue a su destino.