Ayuda al caballito de mar a llegar a su destino removiendo los obstáculos. Es una orden. Puede parecer estúpido, pero es una misión de vital importancia, tan compleja que no tengo tiempo para explicarla. Lo fundamental es que, pase lo que pase, no olvides hacer lo que te digo. Sabré si no lo haces. Te estoy vigilando... ¡Hey, no cierres la ventana! Son sólo 16 niveles, no seas miedoso... o miedosa. No veo muy bien desde aquí...

Un juego complejo: hay que guiar un rayo misterioso desde su origen hacia el portal de destino, teniendo en cuenta que cada bloque que atraviese lo desviará en una dirección de acuerdo a su color. Podrás preparar el comportamiento de cada color antes de lanzar el rayo mediante el menú superior. Son 40 niveles que se vuelven progresivamente más desafiantes. Si te sabe a poco, podrás generar niveles aleatorios.

Vas a necesitar todo tu conocimiento e intuición sobre mecánica para guiar a la bola de mármol hacia su canasta. En cada nivel encontrarás toda clase de objetos (que pueden removerse haciendo click sobre ellos), mecanismos automáticos y posibles estrategias para lograrlo. La mejor de éstas es pensar.

Un juego táctico con robots y un objetivo extremadamente simple que te hará la vida imposible: juntar los barriles que tienen el mismo número, ya sea empujándolos o ideando complejas estrategias lógicas para que acaben donde deben. En definitiva, esto es exactamente lo que yo no haría si fuese un robot. Más bien me dedicaría a destruir el mundo, pero esto es un poco más noble.

Una especie de Sudoku triangular, con triángulos isósceles, matemáticamente escalenos que deberás rellenar con los correspondientes números para que sus lados sumen la cifra indicada en cada nivel. Estás advertido/a: este juego es de pura lógica; nada de adrenalina ni sonrisas. Sólo para masoquistas matemáticos.

Parece que algo se rompió y unas piezas andan sueltas entre los engranajes. Como técnico virtual, tu tarea será la de girar y agitar el artefacto (maldecirlo, si es necesario) hasta que las piezas perdidas vuelvan a su lugar. Es fácil... al principio, pero luego un montón de extraños mecanismos podrían obligarte a usar la cabeza.

Un pequeño y corto juego de lógica geométrica ideal para ejercitar las neuronas durante una pausa del mundo material: hay que rellenar los números del cero al nueve con bloques similares a los del Tetris, y sólo hay una forma de hacerlo. Puede haber algún que otro estancamiento mental en el proceso, pero a la larga todo saldrá bien.

Amo estos juegos de lógica, porque tienen una lógica propia que hay que aprender creando nuevas conexiones neuronales. Por la misma razón amo a las mujeres, aunque para entender su lógica no hay en el universo suficientes neuronas. Otro punto a favor de este juego es que viene con un editor de niveles, mientras que las mujeres no. Me casaría con este juego si tuviera más curvas...

Portal 2D es una versión más sencilla pero no menos entretenida de Portal Quest, que a su vez es una versión más simple de Portal 2, que es una versión más compleja de Portal, que es una versión más entretenida de la vida real.

Una versión flash de Portal con todos los lujos: no sólo la infaltable pistola de portales, sino también los queridos cubos para activar mecanismos y esos extraños fluidos con propiedades misteriosas de Portal 2, más algunas sorpresas que en conjunto hacen de este juego un puzzle multidimensional tan complejamente entretenido y desafiante como los originales en 3D.

De modo similar a como ocurre en la película The cube, en este juego los fragmentos del escenario son móviles, de modo que es necesario girarlos en el orden adecuado para que nuestro personaje pueda encontrar la salida... de los 32 niveles. Curiosa e irrelevantemente, 32 es la temperatura en Fahrenheit a la cual el agua se congela.

Un juego ideal para entrenar tu mente si estás pensando en ser un fontanero obsesionado con las matemáticas: se trata de la segunda parte de Liquid measure, vuelta mucho más interesante por algunas características especiales añadidas a los recipientes y las tuberías, con mejores gráficos y un número 2 en el título.

Otro clásico juego de mesa en versión Cibermitanios: las damas, que no necesitan mucha presentación (aunque, en caso de que la quieras, hay una sección de ayuda en el juego). ¿Jugamos? Las damas primero...

Más cosas se han roto en el cielo. En este caso, se trata de tuberías, que deberás reorientar hasta que queden todas interconectadas. Para rotarlas en las tres dimensiones, usarás las teclas A y W. Suena simple, pero lo difícil es encontrarle la diversión.

Los jardines del cielo tienen su propia lógica. Por ejemplo, un árbol se convierte en ríos que fluyen hacia sus cuatro costados, y el agua mata a los árboles que encuentra en su camino, excepto si hay un pozo que le impida pasar, pero hace crecer a las semillas, transformándolas en nuevos árboles. Como jardinero celestial, tu único poder es el de decidir el orden en que cada cosa sucederá.

Un puzzle para gente que le sobren neuronas, tiempo y paciencia. Yo carezco de las tres, así que ni siquiera voy a describir el juego. Pero puedo inventar algo para que no te sientas defraudado/a: el rojo va dentro del azul.

Un juego de pura lógica: hacer coincidir cada cubo con la figura que contiene, arrastrándolo en dirección a ella. Simple. Ah, y en la menor cantidad de movimientos posibles.

En este juego, uno es parte de un grupo de cinco miembros, pero los cinco son uno mismo, sólo que separados por el tiempo. Hay que colaborar con uno mismo, con los propios yoes pasados y futuros, desarrollando primero complejas estrategias que permitan armonizar las diferentes líneas temporales. Un consejo: No luches contigo mismo.

¿Qué pasaría si en un cubo de Rubik, además de tener que organizar los colores, debieras crear un dibujo con ellos, como si cada recuadro fuera un pixel? Un sexto de esta pregunta se responde con este juego, en el que deberás deslizar las filas y columnas para crear un camino que conecte dos flechas (así).

Todo lo que tocaba el Rey Midas se convertía en oro, lo cuál estaba bueno, hasta que se enamoró, y todos sabemos que una mujer de oro no puede cocinar ni planchar ni limpiar, así que Midas se vio en una encrucijada: adorarla desde lejos, o tocarla y arruinarlo todo. Por suerte, había una solución para el Rey: bañarse en el río y así volver a ser normal y disfrutar del verdadero tesoro.