Una de las primeras cosas con las que nos topamos cuando se nos ocurre existir es la gravedad. Pero, ¿qué es la gravedad? Según Einstein, la gravedad no es una fuerza, si no una distorsión del espacio. Según La Rochefoucauld, la gravedad es un misterio del cuerpo para esconder los defectos del espíritu. Y, según este juego, la gravedad es algo que hace descender nuestro puntaje en la esquina superior derecha de la pantalla.

Uno de los juegos con agua más interesantes que jugué jamás -sin contar aquella vez en que una chica me pidió que le ayudara a estrenar la cama de agua y casi la ahogo-. El objetivo es similar: llenar los recipientes con líquido sin desperdiciar una sola gota.

¿Qué es un Bobted? Sólo hay una forma de averiguarlo...

Si este juego se hubiera inventado un par de décadas antes, innumerables objetos de mi casa hubiesen sobrevivido a mi curiosa infancia. Pero nunca es tarde para hacer un retroceso y volver a jugar como un niño, de la única forma en que se puede jugar: aprendiendo. En este caso, el riesgo es aprender algo sobre física, valiéndose de toda clase de artilugios mecánicos y eléctricos para lograr que una pelota llegue a su destino.

Para ser honesto, este juego es igual a Paper cannon, aunque sus niveles son mucho más sofisticados y desafiantes.

GrayScale es una maravilla de la lógica, un juego hecho con muy poco pero que invita a viajar durante horas en un mundo de abstracciones geométrico-espaciales. El detalle de la escala de grises no es azaroso: los colores serían superfluos en una dimensión donde todo lo que importa es la relación entre el espacio y los ángulos. Y después dicen que las matemáticas que nos enseñan no sirven en la vida cotidiana...

Adictiva forma de poner en práctica nuestra comprensión del espacio y las leyes de la física que lo gobiernan. El objetivo del juego es hacer volar en pedazos a unos extraños cíclopes mediante cañonazos. No basta con pegarles con el proyectil, si no que éste debe quedar cerca de las criaturas hasta que explote. Es más divertido de lo que parece, y por eso lo digo serio.

Sí, el argumento de los juegos flash es peor que el de las películas porno... Pensándolo bien, todo en los juegos flash es peor que una película porno. Como sea, hay que despertar a la caja que se queda dormida en cualquier parte, y la única forma de hacerlo es adjuntando piezas de madera a otras piezas del escenario. Que tengas suerte... me voy a mirar una porno.

Este juego requiere de una balanceada combinación de agresividad e inteligencia. Por un lado, satisface la necesidad de demoler edificios que todos tenemos y, por el otro, es necesario pensar la mejor estrategia, valiéndose de las leyes de la física, para colocar los explosivos. Una vez que adquieras la práctica suficiente, podrás salir a destruir edificios verdaderos, aunque te advierto que la policía se puede enojar; en ese caso, no conoces ningún sitio llamado Cibermitanios, ¿ok?

Este es uno de esos juegos que justifican ser un nerd y no tener vida social. Es un vicio del que no se puede salir hasta terminar todos los niveles. Es una cuestión de honor: ¿quién es más inteligente, yo o la máquina? El objetivo es llevar una figura hacia la meta valiéndose de toda clase de dispositivos mecánicos y construcciones que seamos capaces de fabricar: un simple carrito, una complicada catapulta, un monstruo deforme con todas las articulaciones quebradas, etc.

Puede ocurrir, en ciertas circunstancias de la vida, que uno se encuentre parado sobre un tótem... Es como si el monitor fuese de gelatina. Ahora no puedo tocar el piso, se me van a caer las palabras. ¡No, no estoy traumado!